“Si siempre caminas en círculo, nunca podrás llegar a la meta; para solucionar una crisis hay que sumergirse en ella”.
“No temas a las crisis , sirven para descubrir nuevas capacidades en ti y poder afrontar la vida con otro talante”.
Ante acontecimientos que se suceden de manera inesperada (muerte, despido, ruptura sentimental…), ocurre que puede darse en nosotros un desequilibrio entre un antes y un después, que nos hace situarnos en un cruce de caminos en el que tenemos que tomar una opción para seguir viviendo: puede que la persona, lo viva con angustia, y que le incapacite para desarrollar con normalidad su vida, pudiendo manifestarse síntomas somáticos ( taquicardia, sensación de mareo y de falta de aire, irritabilidad…).
Nos puede ayudar poner en práctica las siguientes pautas.
- Expresar: Habla de tu circunstancia con alguna persona que sea de tu confianza, lucha por tomar las riendas… y disfruta de los cambios que se avecinan.
- Valorarnos: Valora lo que eres, y olvídate de depositar la felicidad y el bienestar en lo que tienes ( conocimientos, títulos, dinero…)
- Aprender a decir adiós a una etapa: Saber desprenderse de la situación anterior es crucial para poder florecer y desarrollarte.
- Asumir que habrá cambios y nuevas etapas , hacer que esa etapa no sea paralizante, sino liberadora.
- No torturarnos con lo que deberíamos haber hecho.
- No quedarnos en la superficie de los cambios ( ansiedad, malestar, rebeldía…y tratar de descender a la comprensión más profunda de la crisis.
- Recordar que toda crisis, es un peligro de desestabilización, pero también una oportunidad para crecer por dentro: no olvidar que hoy es el primer día del resto de tu vida.