En el anterior post hablé de lo que se entiende por la ansiedad, así como de algunas de sus causas. Poner luz y claridad tomando conciencia de lo que nos lleva a sufrir estados ansiosos, es fundamental para aceptarlo dando la espalda a la resignación ( “es lo que hay”, “me ha tocado vivir de esta manera” “no tengo otro remedio que aguantarlo” ”toda mi vida será igual”…) y desde nuestra responsabilidad dirigirnos hacia el cambio. Está claro que si siempre hacemos lo mismo, nuestros resultados también serán siempre los mismos, con lo que el cambio se hace imprescindible.
En este proceso de salida, nos pueden ayudar algunas de las claves que hoy os dejo. Sin embargo, en ocasiones es necesario acudir a un especialista para aclarar, ahondar, y conocer los mantenedores de la ansiedad así como el desarrollar pautas de acción, eliminando así los patrones repetitivos.
Nos puede ayudar:
- Serme fiel. La importancia que tiene el ser personas auténticas y coherentes dando la espalda a la complacencia. Ponernos en valor es anteponer nuestras necesidades y priorizarlas a la de otras personas y actuar en coherencia es hacer y decir lo que se piensa y no lo contrario por miedo a quedar mal, ser criticadas…. Cuando no somos personas auténticas nos metemos en situaciones de agobio y desgana siendo un predecesor de la ansiedad.
- No aguantar situaciones que nos desagradan. Para ello es fundamental saber comunicarnos de una manera clara, sincera, respetuosa y asertiva (no inhibida en la que dejamos de lado nuestras opiniones por miedo a ser una persona rechazada, ni agresiva en la que pisoteamos los derechos de las otras personas). En este apartado cobra una gran importancia ser capaces de expresar lo que siento.
- Es también de ayuda saber cerrar situaciones pasadas, para ello nos puede servir el hecho de planificar y ejecutar los asuntos pendientes. Hacer un listado de qué aspectos he de realizar, incluso ponerlos en orden de prioridad, hace que nos sea más fácil realizarlos y ello aumentará la sensación de control y de satisfacción.
- Por otro lado, dejar de pensar de manera obsesiva en asuntos que no tienen soluciones es positivo por que nos permite valorar y disfrutar todas las restantes cosas, sin quedar aferradas al pasado a lo que no tiene solución, a lo que ya no tengo, a lo que no es igual que antes…. Si avanzamos en este punto, seremos capaces de aceptar esa realidad nuestra y de soltar lo que nada se puede hacer para poner la mirada en otras cuestiones en las que si podemos actuar, sí podemos disfrutar y sí podemos valorar.
- Ayuda también el hecho de buscar un medio ambiente armónico huyendo de entornos tensionantes, enriqueciendo nuestra atmósfera de relaciones, evitando fricciones y relaciones dependientes, manipuladoras y tóxicas.
- Comprender que no podemos atender las exigencias laborales o sociales estresantes y sin alma humana anteponiendo nuestra salud psíquica. Evitar por lo tanto, una acumulación de tensión que nos desequilibre y que encima no esté bajo nuestro control.
- Igual de importante es incrementar el tiempo de descanso, cuidar la alimentación, hacer ejercicio, no frecuentar ambientes ruidosos o llenos de humo, no tomar estimulantes ni drogas, saber controlar nuestra respiración, saber relajarnos… vivir el presente sabiendo que es un momento fugaz e irrepetible, sin perderlo añorando tiempos pasados que ya no existen.
Estas cuestiones pueden ayudarnos enormemente, pero para ello es fundamental hacer primero un trabajo interior de autoconocimiento acerca de cómo me siento, qué aspectos me generan ansiedad, incertidumbre y zozobra, para llegar al convencimiento de la importancia sobre mi responsabilidad hacia el cambio.
Para aquellas personas que queráis ampliar información acerca de la fobia social podéis hacerlo en la siguiente página. curarlafobiasocial.com